16 Jun 4 beneficios de mantenerse hidratado
Si leíste el post de ayer ya sabes que me he retado a mí misma -de ahí lo de #reto10milhorasdetox. No es nada radical y sin embargo espero grandes resultados. He decidido que, con esto del veranito, tengo que cuidar más mi dieta. No obstante, curiosamente no voy a cambiar un ápice lo que como sino lo que bebo. Se trata de beber diariamente 2-3 L de líquido, ya sea agua o de tés e infusiones. Especifico esto de agua/té/infusiones porque lo de «tragar» 2-3 L de bebidas azucaradas no es ningún reto (a mí, por lo menos, me resulta facilísimo) y mucho menos sano.
El agua y el ejercicio siempre se colocan en la base de la pirámide. Si quieres llevar una vida saludable, ¿por qué no empezar por el principio? No lo descartes hasta que no consideres todas las siguientes ventajas:
1.»Detox», el efecto depuradora
Ahora que los zumos y los smoothies detox se han puesto tan de moda, oímos y leemos el famoso «detox» por todas partes. ¿Mi opinión de médico? Como el agua no hay nada. Los zumos y smoothies, al estar hechos con fruta (y ya no digamos si le pones un poco de azúcar), contienen fructosa y, sin darte cuenta, realmente estás bebiéndote la cena.
Para «limpiar», nada mejor que líquido «claro». Si quieres enriquecer el agua un poco, un té o una infusión es la opción perfecta, porque añaden minerales, vitaminas, antioxidantes, etc.
2. Mente despierta
Nuestro cerebro contiene hasta un 75% de agua. No es de extrañar que cuando estamos deshidratados nos sintamos un poco más espesos de lo normal. Esto es especialmente evidente en personas mayores o en niños, que no sienten la necesidad de beber y «se olvidan». Si a esto se le suma que en los meses de verano sudamos más, o que hemos ido al gimnasio (o jugado en el parque, o subido al Castro), obtenemos la receta perfecta para estar deshidratados. Esto de la hidratación es, en el fondo, muy fácil: las gallinas que entran por las que salen. Si uno pierde mucho líquido, tenemos que reponerlo.
Y si tienes la suerte (como me pasó a mí hoy) de poder echarte una siestecilla cuando te entra el bajón, lo mejor para espabilarse después es un vaso de agua fresquita -o de infusión. ¿Habéis visto ya como nos preparamos en O&G el Lollipop para un cocktail de media tarde?
3. Evita picar entre horas (que una es presumida y también quiere cuidar la línea)
Me encanta comer. Para ser más exactos: me encanta picar. Yo soy feliz con unos cacahuetes al lado, un poco de chocolate, un trocito de pan, luego un par de galletas, después una fruta… Empiezo y no paro. Como por aburrimiento, por estrés, porque he tenido un mal día, porque he tenido un buen día… Muchas veces incluso confundimos la sensación de sed con hambre.
Si eres como yo, llévate una botella de agua o un termo de té a la oficina o a la biblioteca. El tener un botellín al lado ayuda un poco a evitar el hábito (bueno, la manía) de estar continuamente picoteando aun cuando uno no tiene hambre.
4. Cuando vas al baño
Vale, voy a intentar escribir sobre este punto sin que me entre la risa floja. Hjum-Hjum (Carraspeo serio, ceño fruncido). Una de las primeras cosas que notarás si empiezas a beber suficiente líquido, y antes no lo hacías, es que tienes que ir al baño con más frecuencia. Esto (sobre todo en las chicas) es un mecanismo de defensa natural que protege contra la ascensión de infecciones urinarias. La orina, que en condiciones normales es estéril, lava las vías y evita que los gérmenes asciendan.
Y ahora vamos con la categoría de pesos pesados. Beber suficiente cantidad de líquido es importante para la función intestinal. Sigue leyendo si quieres saber por qué (pero a lo mejor prefieres saltarte este párrafo). A grandes rasgos, para que me entiendan: si estás deshidratado y tu intestino tiene que absorber hasta la última gota de agua que has bebido, la -sí, eso- será más dura. Si, en cambio, el cuerpo puede prescindir de un poco de lo que has bebido, será más suelta. Fácil y sencillo, amigos.
Conclusión: beber suficiente líquido es (oh, sorpresa!) MUY buena idea
Si lo de beber no es lo tuyo, ten en cuenta que no eres el único. Dentro de poco os contaré algunos truquillos que voy aprendiendo para llegar a los 2-3 L sin necesidad de «obligarme» a beber.
Un aviso: no nos volvamos locos. Como casi todo, aquí la virtud está en el punto medio. (Esto lo aprendí en filosofía allá en el instituto y, si soy sincera, no tengo ni idea qué griego ceñudo lo dijo (creo que Aristóteles?. Yo soy un adulto sano, de peso y estatura media, con un clima no muy extremo, que no realiza actividad física extenuante. La cantidad recomendada en mi caso es de 2-3 L/día. Pero si tienes alguna duda, lo mejor es que consultes con tu médico cuál es la cantidad óptima para ti.
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